AYER, HOY Y SIEMPRE
Kajkan Felipe Mejia Sepet, Kaqchikel
Wo’o’ Tijax, 26 de Septiembre de 2009
El pensamiento cosmogónico maya no separa el medio físico; luz, calor solar, humedad, viento, agua, atmósfera y los organismos vivos como las plantas y animales, pero tampoco puede dejar a un lado el entorno de la gama espiritual.
Las emociones espontáneas y los impulsos de todos los seres se conectan a otros niveles, a los niveles del mundo físico, biológico y espiritual; de manera que el mundo, en toda su manifestación y cargado de poderes mentales o espirituales interactúan entre sí.
Los objetos materiales tienen vida propia porque poseen energía y por esa energía es que se comportan con voluntad en nuestros sueños. Esta es una sencilla explicación de que toda la naturaleza está recubierta de una atmósfera de energía, y todos los elementos, los lugares y que en este sentido, todos los seres humanos somos susceptibles a ser sobrecargados en algún momento.
En el entorno social de las comunidades indígenas existen personas dotadas al acceso especial de esa energía ya que el poder que poseen y que maniobran a voluntad ha sido su descubrimiento personal, realizado en solitario, a partir de experiencias particulares como enfermedades y acontecimientos muy especiales, además de sus ensoñaciones.
Éstos personajes, no tienen un origen tradicional ni eclesiástico como en las religiones institucionalizadas sino lo adquieren de manera personal y en algunos casos con el apoyo de otro con mayor experiencia que ha atravesado casi por el mismo dilema; quien lo encausará hasta ver que pueda asumir los compromisos con su comunidad y su entrono. Este personaje es el que a través del
Cholq’ij (calendario maya, guía del enlace micro_macrocosmos de 260 días) tiene el compromiso de hacer buen uso de esas facultades con las que ha nacido pues ha sido escogido por fuerzas superiores quienes pretenden lo mejor para la comunidad a la que ha de pertenecer. Ese personaje es al que en los idiomas de la rama k’iche’ llaman Ajq’ij
El Nimab’äl K’u’x (En kaqchikel: estado de paz y belleza en un universo perfecto) es permanecer con el pensamiento de respetar normas universales para la armonía y el equilibrio, de lo contrario suceden grandes catástrofes, tal como sucede en este tiempo ya que cuando el ser humano cree que ha dominado la naturaleza; lo que realmente ha hecho es desestabilizarla, y el ser humano mismo propicia con ello su destrucción y muerte. Eso evidencia que los humanos no son una clase aparte ni están encima de la naturaleza.
El pensamiento cosmogónico maya no es una religión estructurada como tal –aunque lo fue en el pasado-, pero genera el sentimiento comunal en todas las prácticas ceremoniales.
El mundo como energía a través de los distintos seres vivientes, está lleno del Gran Espíritu, del Creador y Formador que surge en el espíritu de las fuentes, de las montañas, de los árboles, de los vientos, de las personas, de las ciudades, del cielo y de la tierra.
Ese sentimiento de energía vital que impregna a todos los seres se experimenta con mayor fuerza al momento de la práctica ceremonial en algunos aspectos:
A través de los vientos y otros fenómenos se manifiestan los espíritus desde sus distintos niveles
A través del movimiento del sagrado fuego enlazamos el corazón a la fuerza que de luz que existe también en nuestro interior.
Desde el centro de la tierra hasta lo más alto del universo, todo tiene energía, todo tiene vida.
Las sensaciones corporales se incrementan ya que también conjuntamos nuestro complemento líquido con la gran cantidad de agua del que estamos compuesto todos los seres y nuestra Madre Tierra misma.
Al recrearse esa armonía de creación en los fuegos ceremoniales:
Los seres espirituales de la Naturaleza propician bienestar.
Todo envía mensajes en ese momento: los árboles, los colores, el viento, los animales, los caminos, las personas, los objetos domésticos, todo.
El estado de ánimo de las personas se ve equilibrada y se manifiesta en el mayor respeto a la naturaleza, el cosmos y a los Creadores, a los animales, las montañas, los ríos, a los seres humanos.
Significa que no solo hay que buscar explicaciones a los acontecimientos sino también es el momento propicio para alcanzar metas, reducir la angustia y calmar los temores, ver con claridad para así alcanzar los cambios que generen mayor espíritu comunitario y sentimiento de solidaridad.
¿Qué representa Q’IJ-KIN-DIA en el pensamiento maya?
· Al lapso de tiempo que sigue el movimiento del sol desde el oriente hasta bajar y desparecer por el poniente.
·Al tiempo de luz diurna.
Al sol como centro que proporciona energía para el sistema de planetas que giran a su alrededor y
·Al día; como energía específica e individual que influye en cada uno de los seres y que, luego de largas observaciones de nuestros antecesores mayas la sintetizan en veinte aspectos de la siguiente manera:
La vida que va siendo como un hilo que poco a poco se va desenvolviendo hasta convertirse en otra madeja (transformación), agregándole a ello las manifestaciones artísticas, que son reflejos de los de los estados de ánimo, la manifestación artística de los días-energías.
Destino; cada persona tiene obligaciones que le son asignadas desde el día de su concepción, y no puede negarse a ello porque sería estar en contra de sí mismo. El compromiso de ser parte de “un todo” hace que la búsqueda del camino sea interminable.
Cuando se trabaja y se sobrevive en equilibrio no se puede descuidar la energía del hogar: el adoratorio familiar y a los niños que son la alegría de la casa.
Por la energía que nos proporcionan los distintos centros de energía, hay complemento y sostenibilidad de vida y no hay enfermedades. No hay que olvidar que todos esos Rincones Especiales son los puntos energéticos que alimenta los espacios, no solo los de nuestra localidad sino también los demás en el territorio Maya y del mundo en general para hacer fluir íntegramente la energía de Nuestra Madre Tierra.
Volar como las aves pero también mantener nuestros recursos, sabiendo que cada uno de ellos, surge de nuestra Madre Tierra. Estos recursos complementan el objetivo de la misión personal, y deben ser componentes para el agradecimiento por la vida-destino.
Muchas actitudes personales negativas son el reflejo del estado de ánimo que mantenemos con nuestros antepasados. Es una obligación que cada uno de nosotros vayamos aplanando esos caminos para el bienestar propio y para las generaciones futuras.
El uso incorrecto de los conocimientos y experiencias adquiridos a lo largo de la vida puede hacer incurrir en actitudes fuera del orden comunitario. Es decir, cuando nuestras actitudes son solo para beneficio personal, no puede haber un agradecimiento real porque persisten nuestras debilidades. Es necesario encausar nuestros cinco sentidos para estar en balance personal.
Existen dos caras de la vida; la felicidad y el sufrimiento. Cuando no existe equilibrio y armonía, surgen enfermedades y malas influencias que nos aquejan. Esa es una manera más para generar disposición personal para reencauzar la energía y hacerla fluir sin impedimento alguno.
Si existen mareas altas y bajas es porque la Abuela Luna influye en nuestra Madre Tierra. Eso se refleja en nosotros también, según cuanto hemos cultivado nuestro espíritu.
La sensación de luz y calor de las mañanas evidencia que la energía del sol es necesaria para cada uno de los seres. Sobre todo, cuando nuestro compromiso de vida es la trascendencia hacia otros planos del ser. No olvidemos que en cada uno hay una luz que no debiera apagarse.
No hay que olvidar que hielo, nubes, lagos, lagunas, mares, peces, cangrejos y todos los seres que viven en el agua, son fuerzas que muchas veces olvidamos. El agua es generador de calma pero también de gran destrucción. Hombres que fueron creados y no fueron agradecidos, fueron destruidos con un gran diluvio.
Al igual que el agua; el viento y otros seres que no percibimos con nuestros cinco sentidos, están en todos los espacios de la tierra y en otros planos. Si creemos que nadie está observando nuestras actitudes, nos estamos engañando a nosotros mismos porque todo está conectado.
Los sueños y el descanso son parte importante de la vida. Es la otra parte de la vida. La noche y la madrugada; la oscuridad genera tranquilidad. En ella surgen nuestros viajes a otros planos de nuestra existencia. Hay mucha energía reunida, la mitad del mundo queda desconectado en una oscuridad que tiene vida y en donde se sigue adquiriendo conocimiento.
Hay un momento y espacio para todo y lo hay también para la parte cuando no hay salida hacia ningún lado. Las redes y el encierro invisible nos genera angustia y nos hace pensar que algunas de nuestras actitudes fueron equivocadas. Es un honor tener libertad y fuego interno que nos hace brillar y hay que trabajar para ganarse ese bienestar.
Todo lo que adquirimos y somos como seres humanos se lo debemos a Nuestra Madre Tierra y es a través del respeto a todas las formas de vida que sostiene es que podemos reflejar el respeto y el agradecimiento que le tenemos.
Nuestras actitudes son como si la vida fuera a ser eterna, y no nos damos cuenta que cada día es solo uno menos en nuestra oportunidad de hacerla provechosa. Es necesario tener en cuenta esto para pasar al otro plano de existencia sin quedarnos enganchados a este otro y así trascender a otros planos de existencia. Recordemos que nada muere, solo se transforma.
Cuando la mesa, la silla, la piedra de moler, los animales, las personas no tienen su soporte correctamente, surge inestabilidad y desequilibrio. Así nos sucede cuando nuestra actitud no es la correcta. La fuerza se usa para ayudar a las personas débiles en su caminar por este plano de existencia porque tampoco sabemos cuando nos pueda suceder lo mismo.
Hay que tener un punto orientador en la oscuridad, cuando el sol se ha ido, o cuando aún no sale. Se siembra para cosechar, y a veces por puro descuido y pereza, se cosecha lo que no se desea. Hay que estar atentos para que la cosecha sea la que hemos deseado.
Tarde o temprano todo retorna hacia uno mismo; las palabras, las promesas, las actitudes, las peticiones, los deseos. Cada uno de nuestros deseos son escuchados y se nos conceden. Se debe pensar hasta que punto puede influir nuestras peticiones.
La justicia espiritual al igual que la física no puede ser ignorada pues llega momentos en que son balanceadas nuestras acciones y surgen reacciones de consecuencia muchas veces bruscas y de cambios radicales en los que no estamos preparados para asumirlas.
Esta es solamente una manera de interpretar los días del Cholq’ij. Hay que contemplar más aspectos ya que somos parte de un “todo”.
Nuestro compromiso personal es recuperar y mantener el equilibrio, no solo de nuestro ser individual sino también de nuestro entorno familiar y natural.
Cholq’ij: Chol: orden q’ij: días. En los idiomas de la rama k’iche’, es el nombre del calendario sagrado de 260 días, mientras que en la rama yukateka se le nomina Tzolkin.
Aj: Indica procedencia, profesión o autoridad, Q’ij: Sol, día, hora, tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario