Por:
Kajkan Felipe Mejia Sepet
En Guatemala co-existimos cuatro pueblos, y cada uno tiene su propio concepto relacionado a los espacios sagrados, a los que normalmente son llamados Centros Arqueológicos. Los Maya los definimos como Lugares Sagrados.
“…así fue la creación de la tierra cuando fue formada por el Corazón del Cielo, Corazón de la Tierra, que así son llamados los que primero la fecundaron, cuando el cielo estaba en suspenso y la tierra estaba sumergida dentro del agua. De esta manera se perfeccionó la obra, cuando la ejecutaron después de pensar y meditar sobre su feliz terminación. Luego hicieron a los animales pequeños del monte; los guardianes de todos los bosques; los genios de la montaña, los venados, los pájaros, leones, tigres, serpientes, culebras, cantiles, guardianes de los bejucos.” (Popol Wuj)
GUARDIANES DE LUGARES SAGRADOS
A lo largo y ancho de los actuales Estados del Norte, Centro y Sur de América, y por lo consiguiente, en diversidad de sitios de nuestra Madre Tierra, aún permanece vigente la energía de la diversidad de Centros Ceremoniales para las prácticas místicas de los Pueblos Originarios y de las culturas más antiguas. Los Pueblos Originarios de Ab’ya Yala, y los Maya específicamente, a lo largo de varios milenios y períodos histórico-culturales han mantenido su cosmovisión relacionado a lo tangible e intangible de su entorno, de su espacio_tiempo, del cosmos, la naturaleza y con los seres humanos. Y en tal caso, los puntos o centros de energía, son un espacio sagrado y muy importante de reencuentro personal con los elementos de los que estamos formados.
Es por ello que los centros ceremoniales se encuentran en los ríos, lagos, barrancos, nacimientos de agua, cuevas, lagunas, cerros, planicies, volcanes, también actualmente en muchas de las iglesias católicas ya que fueron construidas sobre espacios que han sido centros ceremoniales, surgiendo de esa manera el sincretismo religioso. Pero también al mismo tiempo surge la desacreditación de la práctica, asimismo de los espacios sagrados, conociéndolos en la actualidad con nombres despectivos o de personajes mitológicos tales como María Tecún, Infiernito, El Burrito, Cuevas del Rey Marcos, la Brujería, los Compadres, etc.
Este mecanismo fue impuesto y aprovechado por el tipo de organización comunitaria-territorial indígena en la que los pobladores frecuentaban normalmente los centros ceremoniales de su entorno como parte de su espiritualidad, para mantener la armonía y el equilibrio del espacio individual-familiar-comunitario. Pero luego, al paso de los años, esos centros ceremoniales también se convierten en lugares de refugio ante la invasión y luego durante el conflicto armado interno. Es por ello que muchas personas dicen “los Abuelos nos guardaron y nos escondieron en sus encantos”.
En los diversos idiomas Mayas, al decir Nuestra Madre Tierra, Nuestro Padre Sol, Nuestra Abuela Luna, etc., les estamos dando esa connotación de pertenencia recíproca.
Cada una de las manifestaciones tiene su Ajaw protector tal como los montes, valles, ríos, lagos, mares, vientos, etc., porque todo lo que existe tiene un propósito, una función y también su protector.
Significa que los protectores de la naturaleza; los Sisimit, los Saq K’oxol, los Käq k’oxol, los Saqb’ochol, los Saqb’ichol y demás protectores que en las comunidades mayas conocemos, tienen una función específica, pero ahora con el paso del supuesto desarrollo, en donde el ser humano ha invadido y destruido diversidad de sitios sagrados, nos estamos quedando sin la ayuda de ellos, la cual es necesaria para proteger y mantener el equilibrio, necesarios para y entre los animales, la naturaleza y los mismos seres humanos.
Con la Madre Tierra se dialoga. La Madre Tierra nos da mensajes constantemente y también nos indica y nos advierte sobre nuestro comportamiento con los demás seres. Por ello la llamamos Nuestra Madre Tierra. Además de toda una acumulación de riqueza cultural y recuerdos históricos de más de 5000 años calendarizados; un Centro Ceremonial es un espacio en donde convergen todas las fuerzas físicas y espirituales. Por ello, muchos los nombran lugares encantados pues es en donde confluyen todos los hilos de la madeja de la vida-energía en todas sus manifestaciones y por ello se generan acontecimientos inexplicables y también se producen “milagros”.
Los Ajq’ija’ dicen que en los Centros Ceremoniales se recibe adiestramiento y solución a contradicciones. Es el sitio en donde se presencian maravillas, en donde se descubren secretos; en donde se adquiere mayor energía personal y colectiva. Un Centro Ceremonial da la fuerza para rejuvenecer y estimular al cuerpo físico y espiritual de quienes lo visitan para así integrarlos al entorno social, físico y espiritual, al de la Tierra y al del universo en general con sus capacidades plenas para complementar el “todo” sin deficiencia alguna ya que el movimiento de ese “todo” es perfecto y cada ser humano debe ser perfecto.
Los acontecimientos no son casuales, son causales. “Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra.” Todos los centros ceremoniales son el complemento de una red de energía que interconecta a la Madre Tierra. Así como la sangre corre por las venas y arterias, de ese modo; la interconexión y la energía, se interconecta y fluye en todos los centros ceremoniales.
Esa constante circulación o movimiento sincronizado es la fuerza de la vida que existe en todas sus manifestaciones. Todos estamos formados de energía y cada uno puede influir en su entorno por estar conectados al “todo”. Independientemente de la distancia que estemos separados. Es otra manera de decir que todos estamos interrelacionados, enlazados unos a otros y que dependemos unos de otros; árboles, animales, insectos, plantas, seres humanos...
El “Santo Mundo” tiene cosas que no pueden ser explicadas, aunque tratemos de hacerlo según nuestro entorno y nuestros conocimientos. Todos, o una gran mayoría ha tenido alguna experiencia o sabe de historias de personas que estando en esos espacios han presenciado algo extraordinario, sobre todo apariciones o desapariciones que se catalogan como “misteriosas”.
…Después cantó otro animal en el cielo, el llamado perico, y dijo también: "Yo soy vuestro mal agüero, ¡moriréis!" Pero nosotros le dijimos a este animal: "Cállate, tú no eres más que la señal del verano. Tú cantas primero cuando sale el verano y después que cesan las lluvias: entonces cantas". Así le dijimos. (Memorial de Tecpán Atitlán)
Los Centros Ceremoniales son puertas a otros mundos, dicen los ancianos mayas. Quienes manejan el concepto sagrado de lo que significan los Centros Ceremoniales saben que son espacios importantes para el equilibrio y la armonía universal. Es por ello que todos los que concurren a dichos espacios tienen la obligación de respetarlos y cuidarlos porque es parte del reencuentro con la vida. Todo lo que hay dentro y en el entorno de los centros ceremoniales es parte de la fluidez de la energía que nos mantiene.
De ahí surge el conocimiento de que todo lo que existe en dicha área es parte de manifestaciones especiales como el canto de un pájaro, el sonido y el movimiento del viento, el movimiento y el sonido del Sagrado Fuego, de las luces, de las sombras...
… En efecto, oyeron hablar a los árboles, y que los pájaros se llamaban a silbidos allá arriba. Y al oírlos, exclamaron: “¿Qué es lo que oímos? ¿Quién eres tú?”, dijeron. Pero era solamente el ruido de los árboles; eran los que chillan en el bosque, los tigres y los pájaros que silbaban. Por este motivo se dio a aquel lugar el nombre de Chitabal. (Memorial de Tecpán Atitlán)
Cuando se pretende la visita a un centro Ceremonial; desde el inicio de dicho acuerdo se empiezan a hacer los rituales respectivos para que todo vaya desarrollándose en armonía hasta la llegada a dicho lugar, ésta, complementada con la música la que tiene el motivo de que generar la sintonía necesaria para desprenderse del mundo ordinario, para la concentración y la comunicación con los Creadores y Formadores, con los antepasados, y así obtener el pretendido reencausamiento de energías el cual ha sido el motivo de la visita al centro ceremonial.
Las/los ajq’ij’a tienen la responsabilidad de ser las/los intermediarios para que en ese momento vaya fluyendo la armonía necesaria para lo físico y lo espiritual, entre los seres humanos y las fuerzas superiores. A través de esta actitud, ya sea de manera individual y/o colectiva, los presentes en esos centros ceremoniales tendrán una experiencia fuera de lo ordinario.
Los centros ceremoniales están dentro de un espacio muy especial ya que están rodeados de todo tipo de elementos naturales, evocando así los elementos de creación de la Naturaleza como lo describe el Popol Wuj: …animales pequeños del monte; los guardianes de todos los bosques; los genios de la montaña, los venados, los pájaros, leones, tigres, serpientes, culebras, cantiles, guardianes de los bejucos.
Asimismo existen los centros ceremoniales que los ancestros mayas han construido tales como Q’umarkaaj, Kiriwa’, Iximché, Tikal, Saq Ulew, Nimab’äj, Kaminäq Juyu’, Palenke, Chichén Itzá, etc. y los demás que fueron sustituidos por iglesias católica a lo largo de la historia del Estado Guatemalteco.
Se supone que sobre este valor moral de protección a nuestro entorno es que se educa a los mayas desde su niñez. Principalmente, se les orienta a cuidar y a proteger la tierra y la naturaleza a través de una actitud preventiva llamada RESPETO ya que sabemos que es la Madre Naturaleza quien nos mantiene y nos cuida, y por lo consiguiente estamos profundamente ligados a ella y a todo lo que le suceda.
ALGUNAS REFLEXIONES
Existen actitudes que están acabando con el poco entorno natural que nos queda y por lo consiguiente con los Centros Ceremoniales porque una gran mayoría de las comunidades maya y principalmente algunos ajq’ija’ tienen una actitud contraria a las normas preventivas y a los valores nos han heredado nuestros antepasados, los cuales debiera de practicar y compartir con los demás ya que grandes extensiones de bosques se están destruyendo día a día, ya sea a través de la tala inmoderada pero también por la inconsciencia de prenderles fuego a los bosques y comerciar con el cuerpo de nuestros propios hermanos árboles.
Y dice el dicho popular “el que calla otorga” lo que puede interpretarse que, al no emitir alguna opinión en relación a dicho problema, nos convertimos en cómplices pasivos. En casi todos, por no decir todos los Centros Ceremoniales están completamente contaminados con todo tipo de basura. Botellas de vidrio rotas, botes de chile, los famosos “entierros”, la pestilencia del uso excesivo de azufre, el chile, los alfileres, los clavos, el papel y la pólvora quemada del uso de cohetes, pero por sobre todo, el plástico en forma de bolsas y botellas que inconscientemente dejan tiradas por todos lados.
¿Es en esta suciedad, es en esta basura en que vamos a permanecer invocando a nuestro Creador y Formador, a los abuelos, a los Cuidadores? Dicen que todo tiene su lugar, pero no todos estamos entendiendo eso. Es necesario que empecemos a cambiar y mostrar que nuestros espacios para la práctica espiritual son sagrados y por lo mismo deben estar limpios, muy bien cuidados.
Empecemos a botar la pared de actitudes negativas que perjudican a la Madre Naturaleza y por lo consiguiente a nosotros mismos. Ya estamos atrasados mucho para los cambios del que nuestros abuelos hablaron hace muchos años atrás que llegan para el final de nuestro ciclo maya.
Todos tenemos la obligación de trabajar el equilibrio de nuestro interior y proyectarlo y reflejarlo a nuestro entorno. Hemos visto a lo largo de tantos años que no ha sido funcionable la manera centralizada de tomar decisiones, sobre todo de una manera inconsulta e individual porque se genera desequilibrio armónico.
Cada comunidad conoce sus recursos naturales y sus centros ceremoniales. Y eso significa que ellos son quienes deben de cuidar de sus propios espacios y recursos.
Iximche’ Tecpán Guatemala, Mayo de 2009 Taqotz’ib’: consejo4imox_9kat@yahoo.com.mx Oyonib’äl: 7840-4139, 41420239
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