Sobre el lazo que te une a tu maestro
Sufismo - 05/01/2009 1:11 -
Sufismo - 05/01/2009 1:11 -
Autor: Ibn Arabi - Fuente: Sufinet
"Has de quedarte lo más cerca posible de él sin serle visible."
Oh buscador que deseas encontrar la salvación, lo primero que debes es buscar un maestro que verá tus faltas y te las mostrará. Puedes viajar por todas partes intentando escapar de ti mismo, pero será un maestro el que te salvará de la esclavitud bajo la tiranía de tu ego.
Hazlo ahora, porque lo que uno tiene ahora es mejor que lo mejor que uno puede imaginar tener mañana.
Cuando le encuentres has de comportarte como un cuerpo muerto en manos del que le dé la última ablución. Has de estar dispuesto a aceptar tu maestro tal y como es. Nunca le critiques o le busques alguna falta incluso cuando actúe en contra de los canones religiosos. Nadie es perfecto. Todo hombre se equivoca y peca y no está a salvo del error. No eres un juez buscando a alguien culpable, sino alguien culpable buscando a un juez justo.
No escondas nada de tu maestro, ninguna idea o intención, sea buena o mala. No te sientes nunca donde él había estado sentado. No lleves ninguna prenda que él haya llevado. Acércatele con dignidad y buen comportamiento, como un esclavo ante un maestro.
Cuando te pide algo o te pregunta algo abre tus oídos y usa tu mente para entender con exactitud que es lo que quiere. No busques la razón del porque ordena lo que ordena.
Si tienes que preguntar algo, no esperes una respuesta ni insistas en ella. Le has de contar tus sueños, pero no insistas en una interpretación.
No escuches a la gente que hablen en contra de él porque esto produciría oposición en contra suyo en ti. Si conoces a gente que se le oponen, déjalos: ni luches contra ellos ni permanezcas en su compañía. Déjaselos a Allah que se ocupará de ellos.
Ama a aquellos que alaban a tu maestro y ocúpate de sus necesidades como si fueran las tuyas.
Si tu maestro divorcia a su mujer nunca te cases con ella ni tengas nada que ver con ella. Aún con la mejor de las intenciones, nunca entres en su casa sin su permiso.
Has de quedarte lo más cerca posible de él sin serle visible.
Si él deseara consultarte algo, no hagas preguntas ni discuta con él; no desees nada que él no desee. Si te viene algo a la mente, quédatelo para ti. Así es como mantendrás tu noble grado, el noble grado alcanzado a través de la dignidad del buen comportamiento. Este es el lazo entre tú y él.
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