Comparto con todos este lindo poema de un amigo muy querido, Gracias por estar aqui y ahora.
Este es un poema de enlace con la gente que te acompaña al momento de una ceremonia.
Aquí al pie del sagrado Cerro y rocas,
Sentí el poder que surgió de nuestras Tierras Sagradas Nacidas del vientre de los Creadores
Ahí me llamó el silencio, como tu suave y bella voz.
De la belleza salieron palabras,
De la boca del gusano, de la flor; las aves
Rogándome escucharlos al comunicarme con el Sagrado Fuego
Entonces me hinqué;
Puse en el polvo la piel; Besé lo que amo con todo el corazón y ¡De repente!
Oí un hermoso cantar:
El del guardabarranco,
El trabajar de las hormigas y más
El caer de la semilla
El crecer del árbol
El correr del arroyo tan claro,
El volar de las semillas de las manos del sembrador.
Me hablaban al oído,
Abierto por amar de verdad
Conciente por querer este mundo
Feliz de alabar al Corazón del Cielo y de la Tierra,
A los Abuelos que todos compartimos,
Nosotros, que caminamos acá en este espacio.
Que oímos la voz del murmullo sagrado de la música
De lo natural, de lo silvestre.
Háblame pues wachb’íl;
Aunque esté lejos,
Hoy, si, me llegan los sonidos del silencio llenos de ti.
Cuéntame ahora amiga mía
Y dejaré de hablar
Siempre te he escuchado
Pero por fin, oigo tu voz a mi alrededor.
Kajkan Felipe 2006
Wach´bíl: Amigo
Aquí al pie del sagrado Cerro y rocas,
Sentí el poder que surgió de nuestras Tierras Sagradas Nacidas del vientre de los Creadores
Ahí me llamó el silencio, como tu suave y bella voz.
De la belleza salieron palabras,
De la boca del gusano, de la flor; las aves
Rogándome escucharlos al comunicarme con el Sagrado Fuego
Entonces me hinqué;
Puse en el polvo la piel; Besé lo que amo con todo el corazón y ¡De repente!
Oí un hermoso cantar:
El del guardabarranco,
El trabajar de las hormigas y más
El caer de la semilla
El crecer del árbol
El correr del arroyo tan claro,
El volar de las semillas de las manos del sembrador.
Me hablaban al oído,
Abierto por amar de verdad
Conciente por querer este mundo
Feliz de alabar al Corazón del Cielo y de la Tierra,
A los Abuelos que todos compartimos,
Nosotros, que caminamos acá en este espacio.
Que oímos la voz del murmullo sagrado de la música
De lo natural, de lo silvestre.
Háblame pues wachb’íl;
Aunque esté lejos,
Hoy, si, me llegan los sonidos del silencio llenos de ti.
Cuéntame ahora amiga mía
Y dejaré de hablar
Siempre te he escuchado
Pero por fin, oigo tu voz a mi alrededor.
Kajkan Felipe 2006
Wach´bíl: Amigo
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