Chamán uwa
Más de mil veces y de mil formas distintas les hemos dicho que la tierra es nuestra madre, que no queremos ni podemos venderla, pero el hombre blanco parece no haber entendido, insiste en que cedamos, vendamos o maltratemos nuestra tierra, como si el indio también fuera hombre de muchas palabras.
Nosotros nos preguntamos ¿acaso es costumbre del hombre blanco vender a su madre?, ¡No lo sabemos!, Pero lo que los U'wa sí sabemos, es que el blanco usa la mentira como si sintiera gusto por ella, sabe engañar, mata a los suyos sin siquiera permitirle a sus ojos ver el sol ni a su nariz oler la yerba, eso es algo execrable, incluso para un "salvaje".
La ley de nuestro pueblo se diferencia de la del blanco, porque la ley del Riowa viene de los hombres y esta escrita en el papel, mientras que la ley de nuestro pueblo fue Sira (Dios) quien la dictó y la escribió en el corazón de nuestros sabios Werjayas (Chamanes). El respeto a lo vivo y a lo no vivo, a lo conocido y a lo 'desconocido' hace parte de nuestra ley: Nuestra misión en el mundo es narrarla, cantarla y cumplirla para sostener el equilibrio del universo. Nuestra Ley U'wchita es uno de los postes que sostienen al mundo. Nuestra ley es tan antigua como la misma tierra, nuestra cultura se ha organizado siguiendo el modelo de la creación, por eso nuestra ley de la tierra y la tierra es una sola. ¡Nuestra ley no la vamos a morir¡... si existen leyes del hombre blanco que protegen a la madre tierra y a sus guardianes los pueblos indígenas, ¡que se cumplan!, si no se cumplen, se consideran no escritas.
Sabemos que el Riowa le ha puesto precio a todo lo vivo y hasta la misma piedra. Comercia con su propia sangre y quiere que nosotros hagamos lo mismo en nuestro territorio sagrado con ruiria, la sangre de la tierra a la que ellos llaman petróleo... todo esto es extraño a nuestras costumbres... todo ser vivo tiene sangre: Todo árbol, todo vegetal, todo animal, la tierra también y esta sangre de la tierra (ruiria, el petróleo) es la que nos da la fuerza a todos, a plantas, animales y hombres.
Pero nosotros le preguntamos al Riowa ¿Cómo se le pone precio a la madre y cuanto es ese precio? Lo preguntamos no para desprendernos de la nuestra, sino para tratar de entenderlo más a él, si el oso es nuestro hermano, más lo es el hombre blanco. Preguntamos esto por que creemos que él, por ser 'civilizado', tal vez conozca una forma de ponerle precio a su madre y vender sin caer en la vergüenza en que caería un primitivo, porque la tierra que pisamos no es solo tierra, es el polvo de nuestros antepasados, por eso caminamos descalzos, para estar en contacto con ellos.
El Riowa no ha querido entender que si nos desligamos de nuestra madre, el tiempo, donde quiera que se encuentre, se marcharía junto con ella (el espíritu de nuestros ancestros, nuestro presente, nuestro futuro). Todo ser hasta que cumple la porción de tiempo que Sira le ha encomendado.... ya no habría tiempo ya no habría vida, hemos sobrevivido gracias a él y él ha sobrevivido gracias a nuestro respeto. Nuestra separación traería un vacío que tragaría a todo menos al desierto.
El futuro del hombre blanco se enturbia con cada gota de aceite que él mismo vierte en la trasparencia de nuestros ríos, su destino se hace más letal con cada gota de pesticida que deposita en ellos. Nuestros ríos, a través de ellos nos comunicamos con nuestras deidades, ellos son mensajeros y los mensajes fluyen en ambas direcciones, si se ensucian o se mueren sabremos qué quieren los dioses, ni los dioses escucharían nuestro llamado, ni nuestras gratitudes y entonces provocarían su ira. ¡los ríos en toda la tierra ya están muy bravos con los Riowa!.
Los jefes blancos les dicen a sus gentes que nuestro pueblo indio es salvaje, nos presentan como sus enemigos y como enemigos de un Riowa mayor al que ellos han llamado progreso y ante quien los otros Riowa y todos los pueblos del mundo tenemos que arrodillarnos. Nosotros preguntamos, ¿Qué es más importante, la máquina o el hombre que inventa la máquina? Pero lo que sí sabemos, es que todo aquel que atente contra la madre atenta contra los hijos, quienes arremete a la madre tierra nos agrede a todos, a los que vivimos hoy y los que luego vendrán.
Para el indio la tierra es madre, para el blanco es enemiga; para nosotros sus criaturas son nuestras hermanas, para ellos son sólo mercancía. El Riowa siente placer con la muerte, deja en los campos y en sus ciudades tanto hombres tendidos como árboles talados en la selva.
Nosotros nunca hemos cometido la insolencia de violar iglesias y templos del Riowa pero ellos sí han venido a profanar nuestras tierras, entonces nosotros preguntamos, ¿Quién es salvaje?
El hombre blanco le ha declarado la guerra a todo, menos a su pobreza interior, le ha declarado la guerra al tiempo y hasta se le ha declarado a sí mismo, como dijera otro hermano indio de un pueblo lejano hace muchos años: "el hombre blanco cabalga sobre el progreso hacia su propia destrucción". No contento con declararle la guerra a la vida, se la ha declarado también a la muerte, no sabe que la vida y la muerte son dos extremidades de un mismo cuerpo, dos extremos de un mismo anillo... ¡la existencia!...no hay muerte sin la vida pero tampoco hay vida sin la muerte, los U'wa hemos cuidado del mundo material y espiritual desde siempre, por eso entendemos esto.
El Riowa ha enviado pájaros gigantes a la luna, a él le decimos que la ame y la cuide, que no puede ir por el universo haciéndole a cada astro lo que le hicieron a cada árbol del bosque acá en la tierra y a sus hijos les preguntamos: ¿Quién hizo el metal con que construyó cada pluma que cubrió al gran pájaro? ¿Quién hizo el combustible con que se alimentó? ¿Quién hizo al mismo hombre que dirige y fabrica al pájaro?... el Riowa no debe engañar ni mentir a sus hijos, debe enseñar que aún para construir un mundo artificial el hombre necesita de la madre tierra por eso hay que amarla y cuidarla.
El Riowa insistirá en que vendamos la tierra y nos dirá: ¿Que le importa la vergüenza a un salvaje que mantiene su cara escondida entre el espesor de la selva, las sombras de las montañas y el velo de la niebla?... entonces una vez más trataremos de hacerle entender, que si eso sucediera, no sólo la vergüenza embargaría al U'wa. La danta, el paujil, la tijereta, el jaguar, la zorra, la zarigüeya, el maíz, la coca, el yopo, la nuez kara y todos nuestros hermanos animales y nuestras hermanas plantas, quienes desde siempre han servido de compañía y alimento a nuestro pueblo, morirán de kueken awriar (Tristeza) pues en nuestra gran familia no se conoce lo que el Riowa llama traición y la tierra lloraría tanto que el último pico y Ritakuba nevado del Cocuy bajará. Abará, la deidad que custodia las aguas malignas, abará guiaría las lágrimas de la tierra y se unirá con kuiya, el dueño y señor de la tierra y de su cópula surgiría desde la oscuridad del mundo de abajo Yara. Yara es terremoto, culebra y dolor y entonces Yara como un gigantesca serpiente de lodo producto de la cópula de la deidad que custodia las aguas malignas y el señor de la tierra, se deslizará por entre las montañas buscando los valles y a su paso se tragaría por igual a indios y a blancos, a hierros y árboles, a malocas y a campamentos, arrastraría por igual la pava del U'wa y quedará sobre la tierra. Cuando eso suceda, el gobierno quedará solo para que pelee con el mundo de la oscuridad y de los temblores... ya no habrá quién cante para mantener el equilibrio del mundo de arriba y el mundo de abajo que es el mismo equilibrio del universo...
El hombre sigue buscando a Ruiria (el petróleo) y en cada explosión que recorre la selva, oímos la monstruosa pisada de la muerte que nos persigue a través de las montañas.
¡Este es nuestro testamento!
Al ritmo que marcha el mundo, habrá un día en que un hombre reemplace las montañas del cóndor por montañas de dinero, para ese entonces, ese hombre ya no tendrá a quien comprarle nada; y si lo hubiera, ese alguien no tendría nada que venderle, llegue ese día, ya será demasiado tarde para que el hombre medite sobre su locura......
Todas sus ofertas económicas sobre lo que es sagrado para nosotros, como la tierra o su sangre, son un insulto para nuestros oídos y un soborno para nuestras creencias. ¡Este mundo no lo creó el Riowa ni ningún gobierno suyo, por eso hay que respetar. El universo es de Sira y los U'wa únicamente lo administramos, somos tan solo una cuerda del redondo tejido de la ukua (mochila), pero el tejedor es Él. Por eso los U'WA no podemos ceder, maltratar, ni vender la tierra ni su sangre, ni tampoco sus criaturas porque estos no son los principios del tejido. Pero el blanco se cree el dueño, explota y esclaviza a su manera, eso no esta bien: Rompe equilibrio, rompe Irokua. Si no podemos venderles lo que no nos pertenece, no se endueñen entonces de lo que no pueden comprar.
De nuestra parte no habrá traición para con nuestra madre tierra, ni para con sus hijos que son nuestros hermanos, tampoco traicionaremos el orgullo de nuestros antepasados porque nuestro territorio es sagrado y todas las cosas dentro de él son sagradas. Pero si nuestro pensamiento cambiara las cosas no volverían a ser igual. Para nosotros es prohibido matar a cuchillo, machete, bala; nuestras armas son el pensamiento, la palabra; nuestro poder es la sabiduría.
Antes que ver a nuestros sagrados mayores profanados (la tierra, el petróleo, y otros) preferimos nuestra propia muerte, el suicidio colectivo del pueblo U'wa, si en la lucha por lo nuestro hemos de dar un último paso, será ese, si para defender la vida debemos dar la nuestra lo haremos.
Algunos jefes blancos se han horrorizado ante su pueblo de nuestra decisión de suicidio colectivo como último recurso para defender nuestra madre tierra, una vez más nos presentan como salvajes, pero ellos buscan confundir, buscan desacreditar. A todo su pueblo le decimos: El U'WA se suicida por la vida, el blanco se suicida por monedas ¿Quién es salvaje? La humillación del blanco para con el indio no tiene límites, no solo no nos permite vivir, también nos dice como debemos morir... no nos dejaron elegir sobre la vida... ahora elegimos entonces sobre la muerte.
Durante más de cinco siglos hemos cedido ante el hombre blanco, ante su codicia y sus enfermedades, como la rivera cede en tiempo de verano, como el día cede a la noche... el Riowa nos ha condenado a vivir como extraño en nuestra propia tierra, nos tienen acorralados en tierras escarpadas muy cerca de las peñas sagradas de donde nuestro cacique Güicanito y su tribu saltó para salvar el honor y la dignidad de nuestro pueblo ante feroz avance del español misionero y ahora las multinacionales petroleras.
Antes a la codicia y a la ignorancia le daban el nombre de acciones evangelizadoras o civilizadoras, ahora le llaman progreso. El progreso, ese fantasma que nadie ve y que se ha dedicado a aterrorizar a la humanidad... Antes el oscuro camino de saqueos, genocidio e injusticia contra nuestro pueblo era alumbrado con el ciral en nombre de Dios y de su Majestad, hoy es alumbrado con el petróleo en nombre del progreso y de la mayor de las majestades entre la mayoría de los no indígenas... el dinero.
Antes el oro era amarillo, ahora es negro; pero el color de la sangre que paga por ellos sigue siendo roja, sigue siendo india, los U'wa vamos a andar todos como sientaros por un mismo camino, entre nosotros pueblo y autoridades sí somos una misma familia ¡si ha llegado el momento de que nuestro pueblo parta de la tierra lo hará con dignidad!..
Lo único que nos une con nuestros hermanos blancos es venir del mismo padre (SIRA) y de la misma madre (RAIRA) y ser amamantados por el mismo pezón (la tierra). Compartimos el mismo mundo físico; el sol, la luna, el viento, las estrellas, las montañas, los ríos... compartimos el mismo mundo físico pero nuestro sentimiento hacia él es distinto. La tierra es una flor: el U´WA se acerca a ella para alimentarse con el mismo cuidado del colibrí, mientras para el hombre blanco es la flor que el báquiro (cerdo montés) pisotea en su camino. El camino del Riowa ha sido el dinero, es su medio, es su fin, es su idioma, él ha enfermado el corazón de nuestro hermano blanco y su enfermedad lo ha llevado a levantar fábricas igual que armas, a derramar venenos igual que sangre, su enfermedad ha llegado al agua, al aire y a nuestras selvas.
Quizá una vez más el hombre blanco viole las leyes de Sira, las de la tierra y aun sus propias leyes, pero lo que sí no podrá evadir jamás es la vergüenza que sus hijos sientan por los padres que marchitaron el planeta, robaron la tierra del indio y lo llevaron a su extinción; porque al final de la fría, dolorosa y triste noche, aciaga para el planeta y para el indio, la misma noche que parecía tan perenne como la yerba, el error del hombre será tal que ni sus propios hijos de la tierra que empezará vislumbrarán el ocaso del reino de la muerte y comenzará a florecer nuevamente la vida.....porque no hay veranos eternos, ni especie que pueda imponerse por sobre la vida misma....
Siempre que el hombre actúe con mala intención, tarde o temprano tendrá que beber el veneno de su propia hiel, por que no se puede cortar el árbol sin que mueran también las hojas y en el paso de la vida, nadie puede arrojar piedras sin romper la quietud y el equilibrio del agua por eso cuando nuestros sitios sagrados sean invadidos con el olor del hombre blanco, ya estará cerca el fin no solo de los U'wa sino también del Riowa. Cuando él haya exterminado la última tribu del planeta, antes de empezar a contar sus genocidios, le será más fácil empezar a contar sus últimos días, cuando estos tiempos se avecinen, los vientres de hijas no parirán fruto alguno, y en sus cada vez más cortas vidas el espíritu de sus hijos no conocerá sosiego.
Cuando llegue el tiempo en que los indios se queden sin tierra, también los árboles se quedarán sin hojas, entonces la humanidad se preguntará ¿por qué?... y solo muy pocos comprenderán que todo principio tiene su fin y todo fin su principio, por que en la vida no hay nada suelto, nada que no esté atado a las leyes de la existencia. La serpiente tendrá que morder su propia cola para así cerrar su ciclo de destrucción y muerte... Porque todo esta entrelazado como el sendero enramado del mono.
Quizás los U'wa podamos seguir nuestro camino, entonces así como las aves hacen sus largos viajes sin nada a cuesta, nosotros seguiremos el nuestro sin guardar el más pequeño rencor contra el Riowa porque es nuestro hermano, seguiremos cantando para sostener el equilibrio de la tierra no sólo para nosotros y nuestros hijos, también para él porque la necesita, en el corazón de los U'WA hay preocupación por los hijos del hombre blanco. Si así lo quieren, tampoco retendremos el aire que nace en nuestras montañas, él podrá seguir tonificando la alegría de los niños blancos y nuestros ríos deberán partir de nuestras tierras tan limpias como llegaron, entonces la pureza de los ríos les hablarán a los hombres del mundo debajo de la pureza de nuestro perdón.
Cada vez que se extingue una especie el hombre se acerca a su propia extinción, cada vez que se extingue un pueblo indígena no es tan sólo una tribu que se extingue, es un miembro más de la comunidad que ha partido para siempre en viaje sin retorno. Cada especie extinguida es una grave herida para la vida, el hombre reducirá la vida y entonces empezará la sobrevivencia... quizá antes la codicia se apiade de él y le permita ver la maravilla de un mundo y la grandeza de un universo que se extiende más allá de el diámetro de la moneda.
Fuente: http://www.webislam.com/?idt=976
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