"Sólo aquel que puede comprender su verdadera naturaleza,
Puede servir de estímulo y de ayuda a otros
Que deseen elevar su nivel de conciencia, siempre y cuando
Éstos se encuentren en un estado receptivo"
Tenía razón. Nada se iguala al día que se está viviendo. Ayer es el pasado, ya nos ha traído la experiencia y el día de mañana aún no es realidad.
¿Y lo más fácil? Equivocarse.
Con seguridad. ¿Cuántas veces, en el mismo día, cometemos errores? Por apresuramiento, damos informaciones incorrectas, hacemos una anotación errónea por descuido, y así sucesivamente.
¿Cuál es el regalo más valioso? El perdón.
Sí, el perdón que es siempre extraordinario para quien lo recibe, pues normalmente, lo espera ansioso, deseando de alguna forma redimirse por la falta practicada. Es suficiente que recordemos cómo nos sentimos preocupados cuando ofendemos a un amigo y quedamos a la espera de tener una oportunidad para vernos de nuevo a su lado, y compensar el error de alguna manera.
¿Cuáles son las personas más necesarias? Los padres.
Ellos nos dan el cuerpo, nos alimentan, nos educan. Ellos nos protegen en los primeros años, cuando somos frágiles, incapaces de vivir y caminar por nuestros propios medios. Son ellos que nos acompañan, año tras año, siempre amigos, atentos, cuidadosos.
¿Y los mayores profesores? Los niños.
Sin duda alguna, los niños, por su forma espontánea de actuar, nos dan muchos ejemplos de la mejor manera de portarnos en la vida. Los niños son sencillos. Expresan con facilidad su cariño. Luchan por lo que desean. No tienen vergüenza de llorar.
¿La mejor medicina? El optimismo.
El que lleva la vida con optimismo, jamás se entrega al desaliento. Consigue siempre fuerzas renovadas para luchar y vencer.
¿La expresión más eficaz? La sonrisa.
La sonrisa conquista simpatías. Cuando estamos en lugares extraños, entre desconocidos, cuando todos parecen un poco asustados, la sonrisa de alguien nos reconforta, y puede ser el principio de un diálogo, un poco más tarde.
¿La fuerza más potente del universo? La fe.
No fue otro el motivo por el cual Jesús, hablando a respecto de la fe, dijo que si la tuviéramos del tamaño de una semilla de mostaza, lograríamos mover montañas. Recordemos la mostaza, tiene una de las semillas más pequeñas. Se puede decir minúscula.
Finalmente, ¿La cosa más hermosa? El amor.
El amor le pone color al paisaje, el amor alimenta y da fuerzas. Por amor, una criatura se entrega a otra y se convierte en copartícipe de Dios en la procreación. Por amor, un Espíritu Excelso vino a la Tierra, cantó y vivió el amor, dejando, al partir, el poema de amor más bello que la Tierra ha conocido: El Evangelio.
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Empiece su día agradeciendo a Dios, por la bendición de la vida. Levántese con calma.
Si usted tiene alguna contrariedad del día anterior, haga como el sol: olvídese de la sombra y brille otra vez.
Ayude a su familia, compañeros y amigos con su palabra de comprensión y esperanza.
Use la sonrisa con abundancia y descubrirá cómo ella le traerá un precioso beneficio de colaboración y felicidad.
Recuerde que la fórmula de la felicidad recomienda tener para todo y con todas las disposiciones de cooperar para el bien.
Cuando estés en la noche oscura del sufrimiento no culpes a Dios, no te culpes a ti mismo, ni culpes a los demás. En lugar de ahogarte con la culpa fortalece tu espíritu con la oración, buenas lecturas y el apoyo de quienes te aman. No te concentres únicamente en tus penas y valora todo lo bueno que aún puedes disfrutar.
Si no te dejas vencer por el desespero serás capaz de luchar, como lo hacen tantos que están en peores situaciones. Por eso; te conviene mirar hacia abajo y darte cuenta de que otros sonríen sin pies cuando tú lloras por no tener zapatos. Hay penas que nos parecen insufribles pero paso a paso vamos saliendo adelante si avivamos la fe y la esperanza.
Nos pasa como el alpinista que ve la cumbre lejana, pero poco a poco sus bríos lo llevan hasta arriba. Dios nunca te abandona y está allí contigo aunque a veces no lo sientas. Sigue adelante y verás como puedes más de lo que crees.
Si no te dejas vencer por el desespero serás capaz de luchar, como lo hacen tantos que están en peores situaciones. Por eso; te conviene mirar hacia abajo y darte cuenta de que otros sonríen sin pies cuando tú lloras por no tener zapatos. Hay penas que nos parecen insufribles pero paso a paso vamos saliendo adelante si avivamos la fe y la esperanza.
Nos pasa como el alpinista que ve la cumbre lejana, pero poco a poco sus bríos lo llevan hasta arriba. Dios nunca te abandona y está allí contigo aunque a veces no lo sientas. Sigue adelante y verás como puedes más de lo que crees.
(Desconozco su autor)
Que Dios los bendiga, guarde con bien y llene vuestras almas de luz, esperanzas, fortaleza y fe en que todo cambia y siempre es para mejor.
Bendiciones!!
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