Camina con los ojos abiertos.
No intentes pasar al frente de nadie. Sigue tu camino sin la preocupación de llegar antes que los demás.
Recuerda que quien hace las cosas correctamente no necesita volver para rehacerlas.
No te detengas para mirar quien viene atrás ni quien sigue al frente. Sólo camina.
Si la carretera fuera pedregosa, si hubiera ríos por atravesar, montañas por escalar, matas por desenredar, fieras a vencer y obstáculos para superar, no retrocedas, pues todo lo que surga debe ser vencido y conquistado por ti.
Nadie podrá hacerlo en tu lugar, como no podrás hacerlo en el de otros.
Sé ponderado y sereno en el modo de actuar, fuerte y manso al mismo tiempo, y así te aproximarás a la meta, tu mismo.
Todos los peligros: precipicios, emboscadas y obstáculos existen porque los creamos, para que delante de ellos nos reconozcamos en la manera de actuar. Las cosas tienen el valor que les damos.
No hay nada que concluya una significación fija. Todo varía de acuerdo con quien ve o siente la cosa u objeto de su experiencia.
Siempre que nos encontremos con una situación dolorosa o difícil, pensemos que ella no es tan importante como nosotros, y esforcémonos por superarla con nuestros propios recursos.
El hombre es un conquistador.
Tiene la incumbência de expresarse en la materia, conocer las energías, liberarse de su yugo irracional y administrar, por comprensión espiritual, su universo físico y moral, a fin de hacerse una unidad armoniosa.
Los dejo con mi abrazo amigo, confidencialmente digo que no va lejos el día que iré por los caminos del mundo, donde caí muchas veces y muchas lágrimas vertí, por tardarme en comprender la vida como ella es, y por no saber caminar cómo debía.
Cenyra Pinto
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