Dentro del camino de regreso al Gran Espíritu, el Primer Gran ingrediente se le llama Amor.
El Amor es una energía inmensamente suave y poderosa, llamada por los sabios de todos los tiempos Dios.
Si, efectivamente, el amor que expresamos a diario es una expresión de Dios, es Dios mismo expresado en obras, el cual se encuentra en nuestro micro universo, en nuestro interior.
Para poder caminar el camino hacia la realización espiritual, es necesario contar con una gran dosis de amor.
Sin amor nunca llegaremos a nuestra meta original, porque la falta de el, endurece nuestra alma.
Un alma endurecida, difícilmente encontrará el rumbo hacia la divinidad.
Aunque tengamos en nuestras manos los más finos y excelsos escritos de los grandes maestros que han cruzado la tierra y carecemos de amor, de nada nos sirve.
Lo mas triste de todo, es que todos los que estamos en este camino espiritual hablamos del amor, como un ingrediente especial para el acercamiento hacia Dios.
Pero tal parece que hemos creído que el amor es teórico y hablamos a las mil maravillas de el, pero de nuestro corazón solo se desprenden pedazos de piedra sólida en lugar de las fragancias exquisitas que emanan de el.
Tenemos millones de justificaciones para seguir actuando de la misma manera.
Seguimos pensando que el mundo necesita cambiar para que nosotros cambiemos.
Creemos que la vida espiritual solo es posible cuando haya un mundo mejor y hemos esperado por siglos señales, para comenzar nuestro cambio, pero creo que no las hemos visto aun, porque el proceso de perfeccionamiento aun no ha comenzado.
Buscamos en los clarividentes la verdad y nos acercamos a los adivinos con el afán de conocer lo que nos depara la vida y aun seguimos ahí, esperando el momento para despertar.
Hemos buscado el grial por generaciones, hemos buscado en la alquimia la perfección de los metales y aun así, no hemos comenzado nuestro camino.
Hemos transitado la tierra, buscando los signos del poder y de la gloria que nos llevarán de regreso al gran nido original y aun así seguimos ahí.
Encontramos la palabra que fue escrita e inspirada por el Gran Espíritu a todos los pueblos y en todas las naciones y aun así, solo nos quedamos con la literatura y nos olvidamos de la enseñanza original.
Nuestros hermanos se especializaron en la palabra y se hicieron los mejores oradores jamás conocidos.
Vuestros hermanos crearon rituales y han ritualizado por siglos al Señor.
Pero dónde quedó el amor, queridos hermanos.
Donde esta la expresión de él.
Donde esta la fraternidad que emana de nuestro interior.
Donde esta la fragancia que sale de lo mas profundo de nuestro corazón.
Despierten, Guerreros de la tierra.
Despierten los que recrearon las grandes culturas de antaño.
Despierten los que lograron hacer de su vida una melodía de amor.
Despierten constructores que nacieron con la misión sagrada de una nueva cultura.
Despertemos hoy, Guerreros y Guerreras que tenemos la promesa de hacer de este mundo algo infinitamente superior.
Arquitectos, hijos del Gran Espíritu.
Ingenieros, del Pueblo sagrado del Amor.
Constructores de la nueva cultura.
Guerreros, que traen dentro de si la fuerza necesaria para trasformar corazones.
Necesitamos Amor como primer ingrediente para la transformación.
Amor en nuestra vida.
Amor en nuestras Obras.
Amor en nuestro hogar.
Amor en nuestro trabajo.
Amor, Amor, Amor.
Es el primer ingrediente para comenzar nuestra transformación.
Desde el Corazón.
V.M. Cuchampamac.
"Juntos Construyendo Una Nueva Cultura"
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