MEDICINA ANCESTRAL
Las culturas originarias han mantenido ancestralmente una comunión de vida con la naturaleza, sabiendo que de ella provine tanto el bienestar del cuerpo como el espiritual, observan las maneras del buen vivir en armonía con los ciclos naturales y la energía que reciben de ella, como así mismo de sus productos que los alimentan y curan de enfermedades.
El agua, los vegetales y minerales, que constituyen su entorno, son una fuente de salud y felicidad en la medida que cada uno de ellos es un elemento más y vivo en la naturaleza como también lo es el hombre.
La salud consiste entonces en respetar el poder y el don que proviene de cada uno de ellos. Así por ejemplo el agua se considera un elemento vivo y por ello debe beberse de esteros y manantiales, donde fluye y se encuentra viva y despierta (sabiduría mapuche). Lo mismo para los pueblos andinos que ven en ella y en la tierra (pachamama) una fuerza creadora y vital como la madre que sustenta a sus hijos.El agua, los vegetales y minerales, que constituyen su entorno, son una fuente de salud y felicidad en la medida que cada uno de ellos es un elemento más y vivo en la naturaleza como también lo es el hombre.
Sin embargo cuando se pierde la armonía, el ser humano se enferma y se debe recurrir a los sabios y a los conocimientos que se tienen para restablecer la salud perdida. Este conocimiento estará ligado al uso del agua, las hierbas y las terapias que se logran con la participación de chamanes o medicos/as que con rituales, música y preparados naturales logran reestablecer el equilibrio perdido.
Fuente: www.serindigena.org
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