Las antiguas Tradiciones de Sabiduría nos dicen que el ser humano vive como si estuviera dormido: hipnotizado por sus condicionamientos, reacciona desde lo que la vida marcó en él., en vez de existir desde su verdadera identidad esencial. Su tarea vital consiste en despertar (concepto fundamental en la Psicología Transpersonal, dado que su eje es potenciar en el individuo su posibilidad de vivir desde su Ser, y no desde lo condicionado).
Para ir generando ese despertar, es necesario entrenarse en el estar alerta ante la vida y ante su propia interioridad.
Mientras no lo estamos, la vida trae oportunidades y, por no vivir en contacto con nosotros mismos, las dejamos pasar.
Mirar cómo en nuestra historia esto se ha repetido es una invitación a estar atentos para no perder la posibilidad de estar realmente vivos, tomando aquello que nuestra verdadera esencia requiere.
Como seres humanos, nuestro único capital es el tiempo.
De nosotros depende cómo invirtamos ese recurso no-renovable.
Aquí les compartimos un poema de Naomi Shihab Nye, escritora árabe-estadounidense contemporánea. Ella misma también nos dice: "Anda por ahí sintiéndote como la hoja de un árbol: consciente de que puedes caer en cualquier momento. Entonces decide qué hacer con tu tiempo."
Aquí les compartimos un poema de Naomi Shihab Nye, escritora árabe-estadounidense contemporánea. Ella misma también nos dice: "Anda por ahí sintiéndote como la hoja de un árbol: consciente de que puedes caer en cualquier momento. Entonces decide qué hacer con tu tiempo."
EL VIAJE
No se trata realmente de que el barco
pasó sin que te dieras cuenta.
Más bien podríamos decir que el barco
paró directamente delante de la ventana de tu cuarto.
El capitán hizo sonar la sirena
y la banda comenzó a tocar una marcha triunfal.
El barco te llamó con un grito,
agitando sus banderas de colores brillantes,
su casco de plata brillando
a la luz del sol.
Pero tú tenías la idea de que irías por tren.
Así que seguiste mirando el horario de trenes.
El barco se cansó de esperarte,
levantó la rampa y
recogió el ancla.
El barco empezó a alejarse,
achicándose como un juguete...
Y en ese momento,
en ese preciso momento,
te diste cuenta de que tu verdadero amor es el mar.
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