Los elementos de la naturaleza tienen una función. Los vegetales, los animales, los minerales tienen una función. Unos dependen de otros, creando sistemas que se auto mantienen. La cultura ecológica ha nacido entre nosotros cuando nos hemos dado cuenta de que cuando se degrada uno de esos sistemas inmediatamente tiene repercusión también en el ser humano. Un enorme robre cumple una función de equilibrio, igual que la más pequeña de las hierbas del camino. El roble y la hierba no pierden tiempo discutiendo. Simplemente cumplen su función. Geneticamente, fisiológicamente, están programados para conseguir su función a lo largo de su larga o corta vida.
¿Y el ser humano? Como el roble, como la hierba, el ser humano ha nacido para ganar todas las batallas de su vida. Tú estas programado genéticamente, fisiológicamente, mentalmente para cumplir con éxito tu función. Igual que un roble o una pequeña hierba no pueden dejar de cumplir su función, tú tampoco puedes dejar de cumplir la tuya. No existe la posibilidad de fracaso. Hagas lo que hagas, estás obligado a cumplir tu función. Y tu función es crecer, avanzar, desarrollarte.
Tus conquistas y triunfos dependen sólo de las estrategias que utilices. El roble crecerá enfermo si no dispone de la suficiente agua, luz o temperatura. Pero si se cumple unas condiciones minimas, ese roble será el mejor roble posible. Si el agua está lejos, buscará con sus raíces hasta encontrarla. Desarrollará al máximo sus destrezas para seguir creciendo. Desde luego no se quedará quieto esperando que otros le solucionen sus dificultades.
¿Qué necesitamos los seres humanos para crecer? Sólo una cosa: Querer y sentirnos queridos, sentir que somos importantes para aquellos que forman parte de nuestra vida. Pero no esperes recibir si primero no empiezas dando tú a los demás. Mira en tu interior. Si algo te sobra es amor, cariño, ternura. Repártelo y los demas te lo devolverán multiplicado. Empieza tú. El amor sólo fructifica si se reparte. Estás aqui para repartir sonrisas, besos, abrazos, palabras amables, gestos de ternura... Esa es la gasolina que nos hace crecer a nosotros mismos y a los demás. Y lo mejor de todo es ques sea gasolina gratis, no cuesta nada, hay exceso de producción en cada uno de nosotros. Nos sobra ese tipo de gasolina y necesitamos esa misma gasolina de los demás ¿Por qué no repartirla y compartirla?
¿Cuántas sonrisas vas a empezar a sembrar hoy mismo? Si lo haces, esta misma noche serás rico, porque habrán empezado a nacer sonrisas a tu alrededor y tu vida será pura sonrisa. Si repartes palabras amables, esta noche tendrás tu vida llena a rebosar de palabras amables. Si repartes besos, esta misma noche te sobrarán los besos. Empieza Tú... ya es tiempo..!
Un fuerte abrazo a todos.. Akatzin
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