No tengas miedo de mirar en tu interior. El Padre no te evalúa como tú te evalúas.
Esas creencias obscuras sobre nosotros mismos han logrado que nuestro interés sea el externo en vez del interno. A esto le añadimos nuestra adicción de medir todo con la vara del ego, pues cada vez que medimos hacia afuera nos medimos a nosotros mismos.
Y nuestras medidas no arrojan bonitos resultados para con nosotros mismos, y esto lo que ha logrado que nos dé miedo de profundizar con nosotros, haciéndonos resistentes a los cambios, considerándolos la forma más tonta de perder el tiempo, y todos hemos dicho “me gustaría hacer ese trabajo, pero mi agenda está siempre llena de tanto trabajo que tengo que hacer”, “sabes ese tema me gusta, pero por ahora ando full”, nos vivimos negando tiempo para nosotros mismos, creyendo que dedicándole tiempo al afuera “somos mejores”, y lo que en verdad nos sucede es que evadimos por miedo a enfrentar el método de medir que hemos venido usando.
Y este error se lo queremos traspasar al Espíritu, si nos medimos mal damos por sentado que Dios también nos ha medido mal. Dejemos de querer creer que podemos llevar las leyes del hombre a las leyes Divinas.
El Padre se conoce a Sí Mismo, y conoce la verdad que mora en nosotros. Contemplemos la Luz que hay en nosotros, y todas esas mediciones son reemplazadas por el Gran Amor Incondicional.
CCLL
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