La sabiduría, la fortaleza y el amor renacen en mí hoy.
Cada año veo el renacer de la primavera a medida que la hierba reverdece, las flores retoñan y las hojas brotan de los árboles.
Cada señal de primavera sucede en el momento correcto y perfecto, cuando la tierra está lista para generar nueva vida.
Mi primavera personal ocurre al abrir mi corazón y mi mente a lo divino. Oro y medito, para preparar mi alma para su renacer. En momentos callados cuando estoy en contacto con mi Ser Interno, quito mi atención de pensamientos y sentimientos que ya no me son útiles. Invito a la sabiduría, la fortaleza y el amor a mi vida, consciente de que estos dones me impulsan hacia el crecimiento y la renovación. Mi evolución tiene lugar cuando mi alma está lista y receptiva.
Así que he llegado a la primavera de mi vida, tiempo en que las flores renacerán, los arboles darán sus frutos y las mariposas emprenderán su vuelo, la metamorfosis de la vida sucediendo en este instante, todo evento es cíclico, las frutas y hojas retornaran a la tierra para dar mas vida y sostener el ciclo que no tiene final, en esta primavera de mi vida pondré mas atención en florecer y dejar Ser, dejar que cada aroma impregne los campos, en las cuatro direcciones del universo, quiero bailar suavemente al ritmo del viento que me guiara a otros campos, para que el polen de la vida continué su ciclo, seré la miel para las abejas, mis ramas darán el cobijo a todas las aves que vengan en busca de alimento y nido, dejare que los rayos del sol acaricien mi rostro, daré sombra el caminante que pase por mis campos, caminare bajo la lluvia limpiando, nutriendo mis ríos y arroyos, todas las mañanas conversare con mis montañas y cantare con el ruiseñor y la cigarra, agradeciendo la vida y alegrando corazones, recordando cada nuevo amanecer de mi vida, en esta primavera yo decido RENACER en mi corazón...
En su mano está el alma de todo viviente y el hálito de todo el género humano. —Job 12:10
Akatzin
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