jueves, 11 de marzo de 2010

EN EL FLUIR


Estoy en el fluir de la abundancia Divina.

Cuando camino por la playa durante la marea baja, quizás encuentre arena seca donde una hora antes las olas bañaban mis pies. Sin embargo, no hay de qué preocuparse; la marea regresará. De manera similar, no necesito preocuparme acerca de la apariencia temporal de escasez en mi vida, porque sé que la verdad es provisión abundante. La preocupación no cambia la marea ni puede cambiar mis circunstancias. Mateo 6:26 me recuerda "Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; ... ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?" Reconozco mi valor y reclamo mi bien. Permito que las bendiciones fluyan a mí del océano ilimitado del bien de Dios.

Y si a la hierba del campo ... Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe?—Mateo 6:30


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