sábado, 23 de enero de 2010

Trastorno afectivo bipolar

El trastorno afectivo bipolar es también conocido como manía depresiva o depresión bipolar. Los afectados por este desorden experimentan cambios de humor extremos, que van desde las profundidades de la depresión a las alturas de la euforia (llamada manía). El número, frecuencia y duración de estos períodos de depresión y manía varían de persona en persona.

Causas

Los últimos estudios muestran que el trastorno afectivo bipolar tiende a ser hereditario. Los investigadores están tratando de identificar los genes que pueden llevar al desarrollo de esta enfermedad. Los episodios individuales de esta enfermedad suelen dispararse por sucesos estresantes....

Síntomas
Los síntomas de la depresión incluyen:
- Persistente ánimo depresivo, con sentimientos de infelicidad
- Pérdida de interés en actividades de las que se disfrutaba
- Irritabilidad o agitación
- Dificultad para concentrarse
- Pérdida de autoestima y confianza en sí mismo
- Pensamientos del tipo "no vale la pena seguir viviendo"
- Cansancio y problemas para dormir, a menudo despertarse temprano por la mañana con la sensación de no haber descansado
- Apetito distorsionado
- Pérdida de interés en el sexo

Los síntomas de la manía incluyen:
- Alegría exagerada, a menudo la persona está eufórica, con una irrefrenable sensación de bienestar y presume de ello
- Aumento de energía e hiperactividad
- Aumento del caudal verbal, muchas veces la persona habla más alto y rápido que lo normal
- Menos necesidad de dormir
- Pérdida de inhibiciones, que puede conducir a conductas inapropiadas e impulsivas
- Ideas y planes grandiosos y exageradamente optimistas
- En los casos severos los pacientes pueden desarrollar síntomas psicóticos, delirios o alucinaciones.

Tratamiento

Los episodios depresivos son tratados de la misma forma que otros problemas depresivos: con terapia psicológica y medicación antidepresiva. Los episodios de manía son tratados por lo general con medicación anti-psicótica (por ejemplo medicamentos como clorpromazina y haloperidol). Estos pueden causar efectos secundarios que incluyen rigidez, temblores, sequedad bucal y constipación. Se pueden tratar estos efectos secundarios con otras medicinas. A veces los pacientes necesitan ser ingresados en un hospital para recibir el tratamiento. En otras ocasiones, durante episodios agudos, se usan medicamentos para estabilizar el humor. Estos se usan también en terapias preventivas de larga duración, para evitar recaídas. El más usado es el litio.

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