martes, 9 de febrero de 2010

¿CÓMO SE RESTAURA UNA VIDA?


¿Qué la deteriora?

Las grietas del sufrimiento cuando éste no parece tener sentido.
 

El amarilleamiento, es decir, cuando se pierden los azules de la inocencia y solo se contempla la amargura del atardecer.


El pentimento de los cambios de humor que nos hace explotar, herir y lastimar a los demás.  
 
El papel familiar con sus secretos, sus pecados escondidos, sus errores repetidos y sus pleitos heredados.  
 
La acidez de asuntos no resueltos, la falta de perdón y el rencor que se va nutriendo en cada nuevo encuentro.  
 
La luz y el calor de una sociedad poco tolerante, carente de interés personal y plagada de materialismo.  
 
La humedad de nuestro orgullo herido, de nuestro egocentrismo mimado y de nuestra vanidad ensalzada.  
 
El montaje y el armazón de nuestras supersticiones, nuestras creencias infundadas y nuestra espiritualidad hipócrita. ...

¿Cómo se restaura una vida?

Se acude al experto. ¿Y quién es el que conoce el cuadro original sino aquel que lo pintó? Busca en tu interior, cree en el poder de universo.  
 
Se realiza una radiografía de la vida antes de someterla a tratamiento. Esto revelará la fisura principal: el pecado. Conocete, aceptate.  
 
Se limpia. Si bien en la pintura se usa barniz y en la ropa jabón, una vida no se purifica con líquidos o materiales palpables. La única manera de recibir limpieza es por medio de un cambio espiritual, y esto viene cuando un inocente toma el lugar del culpable. Cree en tu Luz pura interior.  
 
Se cambia el marco. Ya no se puede pensar igual. Uno necesita un soporte, un nuevo marco de referencia en el que basar las nuevas decisiones. Crece en tu fe.
Al final de la restauración, se muestra la auténtica composición de una vida, mostrando así la belleza original que fue teñida por la lejanía entre un alma y su Creador.
Restaura tu vida hoy. ¿Por qué esperar hasta mañana?

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